03 febrero 2014

Segunda entrega de “El guión de Pólvora”, una entrevista por capítulos exclusiva de la web oficial.

Continuamos con la serie de entrevistas en las que Leiva nos detalla el proceso de creación de Pólvora. Aquí tenéis la segunda parte, que no es la última.

El guión de Pólvora.
PARTE 2
Final de Diciembre, concepción de Pólvora.
Si en la anterior parte navegábamos sobre los días de grabación del disco, ahora nos toca sumergirnos en los días previos a esa grabación. Los meses de composición, la inspiración, referencias y motivos, todo lo relativo a la composición de los temas que forman Pólvora.

– ¿Cuándo empezaste a componer los temas que salen en Pólvora?
Cuando la primera presentación de Diciembre en la tienda FNAC de Madrid, que hicimos firma de discos y tocamos en acústico, fue curioso, pero ahí ya hice un tema nuevo, digamos que ahí se abrió la veda. Realmente, según arranqué la presentación de Diciembre, empezaron una serie de cambios vitales muy fuertes que, irremediablemente, se han convertido en canciones.

– Digamos que sobraban motivos para ponerte a escribir.
Hay veces que te tienes que sentar y pensar en lo que vas a escribir, pero ocurre que otras tienes un montón de cosas de las que hablar, y eso ha provocado que me hayan salido muchas canciones. Eso ha motivado que la composición no haya sido sufrida en ese aspecto, no he tenido que enfrentarme al folio en blanco, ha surgido un vómito de composiciones desencadenado por todo lo que me iba sucediendo… total, que terminé la gira de Diciembre y tenía treinta canciones, jamás me había sucedido eso.

– Quizá, todo esto que señalas, esos cambios fuertes ¿son cosas chungas?
No me lo quiero tomar así, al menos no todo. Son cambios. Hubo de todo: una ruptura sentimental, luego un amigo y compañero de toda la vida nos andaba robando, también sufrí una decepción fuerte con un músico al que admiraba… sí que es muy malo, incluso entre esas opciones, la peor es ver traicionada la confianza de muchos años y que te roben en tu propia casa quién gozaba de mi plena confianza. Pero, no sé, son cambios, ni chungos ni no, son cambios vitales que te cambian tu rutina, tu película. Todo eso provoca cosas que contar, no tristes, al contrario. Te dan libertad, te sientes soltando lastre, sales volando por los aires.

– Y poco a poco se iban juntando nuevas ideas.
Cada día de la gira, en camerinos, iba enseñando al grupo lo que había sacado, lo que había compuesto esa semana o esa misma noche. Me daba cuenta y pensaba: hostia, no paro de escribir canciones. Es lo bueno y lo malo que tiene estar en un tobogán de emociones tan fuertes, tan vitales.

-La gira terminó, pero añadiste de propina la gira con Loquillo y Ariel Rot.
Siempre es raro hacer una gira mientras grabas… lo que pasa es que yo me meto en un proceso tan obsesivo grabando que, todo lo que sea sacarme de allí, es positivo. En este caso me lo planteé, tuve dudas, pero se disiparon en enseguida: tenía que sacar de ahí la cabeza. Así que me marché a tocar himnos de rock por ahí, himnos que llevan más de treinta años en activo. Fue un cartel que nos propusieron. Con ambos artistas tengo amistad de hace tiempo, quizá más con Ariel, pero con el Loco también hay amistad. Son referentes del rock, aunque parezca sobado decirlo, son gente que ha estado en mi carpeta: “rock and roll star”, “tú me estás atrapando otra vez”, “rompeolas” o “necesito un trago” son canciones que mola tocar, es un episodio del rock en este país. Sentimentalmente he sido yo el que ha salido ganando con la gira Uno de los Nuestros, he estado tocando canciones que escuchaba en mi casa de adolescente, pero ahora, miraba a la derecha y veía a uno, miraba a la izquierda y estaba el otro. Me han tratado del copón y ha sido divertido. Además, ves el funcionamiento interno de estos artistazos, por ejemplo el de Loquillo, sus momentos antes y después del show, su equipo, no sé, estar de miranda ante semejante plantel es una pasada, soy un fan de la música y esto ha sido aprendizaje. Disfruté mucho, y, entre nosotros, hacer una gira así con grandes artistas y quedar todo bien y amigos, creo que es un logro y que no es fácil.

– También la visita a argentina alimentó el repertorio de este disco según tengo entendido, ese riff cantado de “Terriblemente Cruel” sale de una cancha de fútbol bonaerense.
Estábamos en la gira acústica por Buenos Aires y, siempre que puedo, me acerco a la cancha. Estos (se refiere a César Pop y Juancho, teclista y guitarra respectivamente de su banda, con quienes hace los shows acústicos, N de A) son menos futboleros, pero yo, si hay oportunidad, acudo y veo el partido que haya. Me encanta la cancha de San Lorenzo. En este caso, jugaban River y San Lorenzo en la cancha del River. Fui con un colega… ¡yo que sé!, los canticos de aquellas gradas bravas son emocionantes, muy emocionante, es como un himno.

– En muchos grupos de rock argentino, es fácil encontrarse esos canticos.
Si, es suyo, un sello de identidad. Siempre intenté hacer algo parecido pero no daba con ello. Quería, además, que fuese un riff cantado, no tocado con una guitarra. Mira, la verdad es que lo he hecho pensando en que cuando vaya de nuevo a Argentina, veré a la gente con la mano levantada, entonando mi cántico, ja, ja, ja.

– De todos modos es sello tuyo el usar la voz para ciertas partes de una canción, melodías, dejando atrás el instrumento y usando como base la voz.
Es una manera que tengo, si, es cierto. Pero lo que hay en “Terriblemente Cruel” nunca lo había hecho… y la idea me la dio ese momento en el campo. Llegué al hotel y lo saqué, ese estribillo maravilloso, y al día siguiente, con Juancho y César, sacamos el resto de la canción. Muy bonito. La verdad es que ya estaba el repertorio del disco cerrado, ya había maquetado lo que quería grabar, pero llegó esta y la hicimos un sitio. Es algo que suele pasar, las últimas en llegar resultan temas muy importantes para el disco. También pasó con “Afuera en la ciudad”, llegó también a última hora.

– Tiene su lógica, los primeros temas ya los tienes más rodadas y, en plena carrera, aparece una idea atractiva.
Claro, lo último es lo que más te representa.

– De todos modos, tú llegas al estudio con todo claro, listo para grabar, preparadísimo.
Siempre llego al estudio con las maquetas hechas, con todas las que quiero. En este caso había maquetado treinta canciones, en casa. Yo hago todo: batería, guitarras, bajo, todo. Maqueto y tras ese trabajo es cuando me junto con el productor, en este caso Carlos Raya.

– También hiciste eso con Lino Portela, ese documental en el que compones una canción de camino a Galicia.
Pero no partía de cero cuando hice eso. Era una idea que ya tenía, y lo importante es que en ese viaje terminé esa idea. Hubiese sido arriesgado partir de nada y empezar el viaje. Terminé toda la parte instrumental, cambié versos… y la terminé.

– Me resulta llamativo que te implicases en algo así.
Podría no haber salido. La idea me molaba, componer un tema durante un viaje a Galicia acompañado del periodista Lino Portela, y salió algo muy bonito. La verdad es que si te pones a currar siempre sale algo, puede que sea una mierda o que mole, pero siempre sale algo, si trabajas, algo rascarás. De aquí salió algo muy interesante.

– ¿Qué tal con Lino? ¿Lo hiciste porque era Lino y no otro periodista?
Puede que sí. En su día, nosotros le llamábamos Lino “Portera”, era cuando la Rolling Stone, en la revista salíamos mucho Sidonie, Pereza, Iván Ferreiro y así, y siempre estaba buscando el chascarrillo. Le tengo mucho cariño, es un periodista al que le gusta el rock, entiende, le mola, me lo creo. Si me lo propone alguien que no conozco, lo mismo me lo pienso, pero ir en un coche Lino y yo hablando y escuchando música, mola, me gustó. Ir al náutico también era un punto, me encanta ese lugar. Quedó un documental interesante, todo lo que pasa allí fue de verdad, nos acompañaban dos cámaras para la parte técnica y nada más, los cuatro. Fue muy familiar, la verdad, todo en casa.

– Otra cosa que te tuvo entretenido mientras grababas es el trabajo que estás haciendo junto a Ximena Sariñana.
Ximena fue muy valiente. Nos conocimos una noche en Madrid. Me gustaba mucho su música, la había escuchado, muy interesante, una música extrañamente bonita, una cosa rara pero muy interesante. Esa noche coincidimos. Al mes me llamó por teléfono y tras esa llamada, se vino a mi casa una semana, a componer, desde México a Madrid… algo que podía haber salido rana, pero que no, salió muy bien y trabajamos mucho, salieron canciones muy bonitas. Esto ocurría antes de entrar en el estudio, pero ocurría mientras yo componía y ajustaba la grabación de mi disco. Ahora, a finales de enero, ella regresará a España y veremos cuantos de los temas que grabamos juntos servirán para su nuevo disco, que producirán varios productores, entre los que estoy incluido. Es una tía muy interesante y el disco lo será… con el tiempo querría hacer un disco con ella. Me molan estas cosas que salen así, en plan hippy… es más, cuando vino Ximena, estaba inmerso en la gira con Iván Ferreiro y ella se vino a Donosti en la furgoneta y se tocó dos temas con nosotros, dos temas que acabábamos de hacer… es de esas cosas que veíamos en los documentales: dos músicos se juntan y hacen cosas juntos y se suben a un escenario y… muy bueno. Hemos hecho unos lazos fuertes, es una tía muy interesante, repito, una tipa a tener muy en cuenta.

– También está la canción de la película Temporal y un cameo en dicha comedia social. Esto también sucede mientras estas en el proceso de Pólvora.
Hago la mitad de la banda sonora de la peli y escribo la canción de la película. Esa canción la hice a partir del guión que me pasaron. Va sobre la precariedad laboral, es de puta madre. Son cuatro historias diferentes que tienen un nexo en común. Y me involucro en el proyecto, una cosa también muy artesanal, sin subvenciones, sin apoyo de ningún tipo, son dos colegas que se hacen una película, sin dinero, todos currando gratis, sin cobrar un céntimo, y me mola de donde sale el proyecto, de toda la ilusión que lleva detrás. La mitad de los incidentales son míos y la canción me la evocó el guión, me salió del tirón. Salgo haciendo de músico callejero, y de paso, en la película hacen referencia a todo esto que se ha creado, políticamente, con los músicos callejeros, salimos César Pop y yo, con una acústica y un bandoneón, que es de donde parte la composición de este tema.

– Me gustaría parar un momento y desarrollar esto de los músicos callejeros y esta nueva ley que obliga al músico que quiera ejercer la calle a pasar por un examen previo que le autorice o no, a poder tocar su música en la calle.
Me huele que apesta, ¿Qué criterios se tienen para decidir quién toca y quién no lo hace en la calle? Y para seguir, ¿Quiénes son los que deciden? ¿No tiene derecho a tocar en la calle alguien que no lo hace muy bien? El derecho a tocar en la calle no se puede avaluar, es horrible, y eso que dicen que es para darle calidad, es mentira, no sabemos qué criterio se aplica a la gente que acude a la prueba. Todo el mundo tiene derecho a tocar en la calle, no solo el violinista que se lo hace de muerte, también tiene derecho el que toca la flauta regular… me huele fatal. Creo que es lanzar un cable que conecta con la biografía que me estoy leyendo del grupo Leño, gente que para hacer conciertos, para hacer galas, tenían que tener un carné de músicos autorizado por el ministro, volvemos a 1972, y da miedo.

– ¿Has ejercido de músico callejero?
Con mi amigo Jesús, un malabarista que, desde que tenía 17 años, estuvo yendo todos los fines de semana al retiro, a trabajar de malabarista. A veces me iba con él, incluso Rubén y Tuli, hemos ido los tres que formábamos Pereza en el primer disco a tocar con él haciendo malabares. Ha sido más anecdótico que otra cosa, pero con Jesús me iba al Retiro a tocar. Pero no me he ganado los cuartos tocando en la calle, eso no, aunque me parece un oficio muy denostado y que tiene un valor acojonante. Es un oficio que regala, un regalo para la peña. Hay un tipo en calle Fuencarral cantando a Bob Marley, a pelo, sin amplificación y es tan emocionante el tío. Hay mucho nivel ahí, muy buenos músicos tocando en la calle.

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